martes, 23 de diciembre de 2014

Por ejemplo el 9 de Febrero

El comienzo fue de noche y terminó de día. Al revés del sol.

Estuve en el mar y en un lago. En un momento hice toples.  Y volví al mar.

Me enamoré más, llegué al climax de mi amor.

Lloré menos, pero cuando lloré fue un montón. Por ejemplo el 9 de Febrero.

Dorotea conoció la playa. No se va acordar, pero yo sí, por suerte.

Leí “El hombre que amaba a los perros”.  Me encantan los libros.

Hubo una noche que llovió un montón y me asusté porque en el 2013 hubo una noche que llovió lo suficiente como para que yo estuviera en peligro. Este año no me pasó nada.

Me invitaron a Europa. Fue un deseo, pero en Mayo ya era un hecho.

En Junio fue el cumple de Iari. Ella cumple el 9/6 y yo el 6/9. Comimos comida armenia.

Me hice más amiga de mis amigos y también, más amiga de mis enemigos.

Hice un corto con un guión que escribí yo. Me ayudaron Cami, Mica y Nico.  El corto habla del amor y de la mirada del otro.

En Julio pensé que ya nada me gustaba. Solté todo. Me quedé con la historia brasilera y con Rousseau.

Casi ganamos el mundial. Mascherano se rompió el culo. Romero fue un héroe. Messi fue el capitán.

Escribí mi primer poema pero no pude aprender a leer poesía.

Ahora estoy llorando.

Cumplí años el 6/9, que es el nombre de una posición sexual y me di cuenta este año porque 

me parece que antes me daba vergüenza.

Recibí 21 globos rosas.  Me acordé de la película “Un globo rojo” de Albert Lamorisse, que la 
veía en lo de mi abuela mientras comía huevo duro.

De repente estaba en Londres, en Paris, en Viena y en Roma. Eso es un paréntesis muy hermoso como para haber sido real. Fui con mi tía Flora que en realidad se llama Florencia.

Leí “El Amante” de Marguerite Duras.  No la entendí hasta que me encantó.

Ya dejé de llorar.

Me aprendí entera una canción de Shakira.

Vi una vez por mes Vicky Cristina Barcelona. Este año la vi doce veces.

Ayer comí ensalada de fideos con mis amigas.  Una lloró.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Cuando te gusta alguien.

Esa idea de que cuando te gusta alguien lo último que tiene que suceder es que se diera cuenta que es en serio. Porque no es lo mismo que te guste alguien, a que te guste alguien.
No es lo mismo que te guste jugar con alguien a que te guste jugar y después descansar con alguien. Pero, ¿Sabes qué es lo mejor? Que las dos están buenísimas y las dos están bien. No es que están bien por oposición a estar mal, están bien como algo que puede pasar y que es divertido.
A veces te gusta jugar con alguien, jugar con las distancias, con los “no”, con las ausencias y los desencuentros. Desencuentros, hacen  de  ese juego que no lleva a nada más que  la simple diversión de jugar, siga siendo justamente divertido. Qué divertido que es cuando no sabes cómo va a ser mañana. Adrenalina de jugar a las escondidas en el recreo (hace años). ¿Nos gusta jugar con otros porque  es como cuando éramos más chicos?
Igual en un momento te cansas de jugar, y el otro seguramente también se cansa y cada uno se va a descansar a su casa, porque sólo se gustan. No es que se gustan como para descansar juntos.  Descansas y mañana no sabes si vas a querer jugar con la misma persona, o más adrenalínico aún, si la otra persona va a querer jugar con vos.
También te puede gustar alguien como para jugar y descansar. Es toda la parte de las escondidas, pero descansas con la otra persona. Capaz al principio es un poco incómodo porque es difícil descansar de a dos, además sigue habiendo adrenalina. Me parece que me pondría nerviosa descansar con alguien con quién juego y me divierto. ¿Es divertido descansar con quien jugas o es sólo descansar?

No importa,  en realidad me gustás y creo que además me estás gustando y quería saber si ahora, después de jugar, querías descansar conmigo. Porque te quiero mostrar que me gustas.  Por hoy. 

martes, 19 de agosto de 2014

Que te rindas.

Que te rindas y escribas tu historia.
Que escribas tu historia donde no esté yo.
Que no esté yo para que estés vos.
Que estés vos repleto de vos.

Que esa historia tenga sus reglas.
Que sus reglas no sean para siempre.
Que no sean para siempre porque nada lo es.
Que nada lo es, todo lo sabemos.

Que te encuentre de casualidad.
Que sea casualidad y que no haya planes.
Que no haya planes, todo va a salir bien.
Que salga bien, que haya sol.

Que estemos rendidos y con nuevas historias.
Que me cuentes las nuevas historias.
Que me gusten las nuevas historias.

Que las nuevas historias gusten de mí.

jueves, 12 de junio de 2014

La Historia Sin Fin.

- Tengo muchas ganas de irme.
- Yo también.
-Andate vos primero. Yo no me voy a ir antes que vos. Vos querés que me vaya así no sos vos el que te vas.
-Yo me quiero ir porque vos me echas en secreto. Me echas tan bajito que ni siquiera vos sabes que me estás echando.
-Yo no te echo. Vos te querés ir pero no sabes por qué.
-Yo me quiero ir porque estoy metido en esto hace mucho tiempo. Esto no cambia. No cambia y no está bueno.
-Andate.
-Yo quiero estar bien, pero con vos no estoy bien, porque hace mucho tiempo no estoy bien.
- Tal vez no te vas porque no sabes estar de otra forma.
-¿Cómo?
-Tal vez, cualquier lugar donde estés, vas a estar mal, porque un poquito te gusta. Porque es más cómodo estar mal que intentar estar bien.
- Yo estoy mal con vos, no sé cómo voy a estar en otro lugar. Y vos estás mal conmigo.
-Yo estoy bien con vos, estoy mal por cómo estás vos conmigo.
-¿Cómo?
-Te das cuenta que nunca entendés nada. Estoy mal porque no me querés y seguís acá, haciendo que me querés.
-Si sigo acá es porque te quiero.
-Si me quisieras no querrías irte.
-Si todavía estoy acá es, justamente, porque te quiero.
-¿Y por qué estás mal?
-Por esto. Tengo ganas de irme.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Procuremos.

Procuremos que sea dócil
Procuremos que sea fuerte ante la dureza
Procuremos que sea medicina
Que sea colecciones de tacitas de té
Que sea libertad en el hogar
Que sea vainilla en la piel

Procuremos que sea dócil para evitar grietas
 Procuremos que sea fuerte ante la dureza de tu ceño fruncido
Procuremos que sea medicina y no veneno
Que sea libro con olor a libro
Que sea sensualidad ante la razón
Que sea postre como cena

Procuremos que sea dócil para evitar grietas que permitan filtrar el hedor
Procuremos que sea fuerte ante la dureza de tu ceño fruncido cuando no procuramos bien
Procuremos que sea medicina y no veneno, porque de esos hay muchos y de esas muy pocas.
Que sea una sirena de verdad
Que sea un lunar escondido
Que sea un vaso de agua helado.

Procuremos que sea amor.
Y si alguna vez ya no es amor,
dejemos de procurar
vayamos a descansar.


jueves, 10 de abril de 2014

Un alcaucil más.

-¿Por qué estás al lado mío? Hoy estuve todo el día tirada en mi cama. Toda desarmada. La cama, la sábana de abajo de la sábana ni siquiera estaba. Seguro se  perdió ayer a la noche cuando soñé que me subía a un caballo que galopaba muy rápido y al final estaba muy cansadita. Me querías. Pero estuve en la cama todo el día, con el piyama que me queda feo porque es grande pero corto. En un momento fui a buscar galletitas, sólo había las de la chocotorta pero sin ser un torta. Me hice un té, mojé las galletitas en el té y me las comí enteras. En realidad no quería té, por eso no lo tomé, quería mojar las galletitas en el té. A mi me pasa mucho eso, de que a veces no quiero todo, solo quiero una parte, como cuando te gusta una sola canción del disco pero como ahora todos se bajan los discos porque todos usan grooveshark, te tenes que bajar  el disco entero porque sino es muy Ares, o Emule, ese que era del burrito. ¿Ves? hoy hubiera comido un burrito, que en realidad nunca comí pero que aparece mucho en las películas, yo me lo imagino como el taco mexicano pero mejor, mejor porque todavía no lo probé. Como todo. Por eso cada vez que veo la tele tengo que hacer zapping por todos los canales, porque no puedo soportar haber elegido una peli si ni siquiera sé si esa es la mejor opción que tengo. No me pasó nunca, cada vez que elijo, y hago zapping por si acaso, termino volviendo a la que había elegido. Entonces, ¿Por qué lo hago? ¿Tendré algún trauma que se relacione con eso? ¿Algo así como que en un cumpleaños una vez me dieron buzcochuelo y cuando ya me lo estaba por terminar me enteré que había chocotorta y me quería poner a llorar? Sí, en ese cumpleaños lloré, pero por otra cosa, no por la chocotorta. Por la chocotorta lloré hoy.  En realidad sólo lloré mientras comía las galletitas de la chocotorta mojadas en té. Lloré porque ya sabía que iba llorar. Mejor llorar en el desayuno que llorar en otro momento más alegre, como la merienda. Y lloré y quería que cayeran mis lagrimas adentro del té, pero como mi vida no es tan profundamente dramrática no me salió. Dejé de llorar porque estaba muy concentrada en lograr eso, que mis lágrimas cayeran adentro de la taza como en las películas para que después desembocara en una imagen medio abstracta, una imagen que saliera del té como pasa en las películas. No me salió, tiré el té ahí en el lugar donde se lavan los platos y me acordé que cuando era chiquita me gustaba quedarme en el baño después de bañarme para ver cómo se vaciaba la bañadera y especialmente para ver el remolino del final. Uno hace muchas cosas sólo para llegar al final, como el alcaucil, que te comes todas las hojitas para llegar al corazón. Entonces llené la pileta donde lavo los platos y después lo vacié y miré cómo se vaciaba, para ver si me ponía un poco mejor. En la parte del remolino me reí un poco pero eso no fue estar mejor. Recién que dije lo del acaucil y lo de las hojas y lo del corazón pensé que capaz así es con las personas, hay que sacar todas las hojas para llegar al corazón. Pero yo siento que mi corazón está a flor de piel, que todos llegan re fácil y me da bronca porque capaz quiero ser más exclusiva, o en realidad solo quiero ser un alcaucil más, como todos.
-Estoy al lado tuyo porque no sos un alcaucil más.