martes, 5 de enero de 2016

Mensaje del futuro

Me encantaría escribirte un poema, pero sólo pude escribir uno una vez, que me gustó y que fue el poema más lindo que alguna vez iba a escribir. Lo que pasa es que a mi no me gusta leer poesía y me parece que a nadie le gusta leer poesía. Todos dicen que sí, que la entienden, que la disfrutan, que les gusta leerla en el tren, pero es todo una mentira. Nos gusta fumar y ver series, ver tele, jugar a jueguitos. Pero ahí están todos los que miran series diciendo que les gusta leer poesía y por eso escriben poesía, porque le gusta escribir y que los lean y hacer esos fanzines para distribuirlos y que sus amigos ilustradores le hagan dibujitos de cuerpos desnudos, flores y animalitos. Y que los lean y comenten de los sentimientos. Les gusta más hablar de sentimientos que animarse a sentir en serio. ¿En serio son tan sensibles? ¿Qué hacen con tanta sensibilidad? No les creo nada; ni a vos, ni a la poesía, ni al laburo de hormiga, ese que decís que haces, tampoco le creo a los ilustradores. Me parece que a todo ese mundo les giran unos billetitos con alitas sus papás para que puedan vivir de ellos y del arte, ese arte moda que quiere expresar sentimientos, sentimiento de dolor de la nada, porque es un sufrimiento psicoanalítico, sufrimiento porque nuevamente está de moda sufrir, porque sentimos, vemos y en vez de tomar cerveza en la vereda, van al barrio chino y compran melona, y usan sombreros y quieren que les quede natural, pero les queda muy de mentira, muy impostado. A mi me gusta la realidad, me gusta la materialidad, cuando el amor no es poesía y el amor son besos, besos tan intensos que chocan los dientes y deja de ser un bello beso, porque lo bello sirve un rato, hasta que aburre dejar de verlo, pero besar, besar es lo más lindo y lo más asqueroso. Si no es asqueroso no es beso, porque hay labios, dientes, saliva, lengua, movimientos deglutidores. Pero la poesía, el molona, la ilustración no son asquerosos, no son sucios, son puro ideal de lo que nos dice que tiene que ser el ser una persona culta, linda, agradable. El ideal se acaba, se te va acabar cuando ya no seas bello, porque es efímero, tan efímero que tal vez hasta termines operándote en ese fan de conservar la belleza. Pero los besos, los besos van a seguir deglutiendo a la humanidad para que sea más humanidad. Es cuestión de decidir: ser un bello o un besador.